Hace mucho tiempo escuché una antigua leyenda, hablaba sobre la
existencia de un cuaderno que había sido propiedad del hombre más inteligente
que haya vivido en el mundo; se decía que siempre lo llevaba consigo y para ninguno
era un secreto que lo hojeaba
sagradamente todas las tardes a la luz
del crepúsculo. Nadie sabía que escribió o leía en él y nadie se atrevió a
preguntarle por el contenido del curioso cuaderno. El hombre dotado de
erudición envejeció con el tiempo y enfermó gravemente… Se cantaron canciones
del día en que su luz se extinguió y dejó la tierra de los vivos para siempre.
Según lo que se transmitió de generación en generación esa misma noche el
cuaderno desapareció y todo lo que se sabe de él al día de hoy era que en su
portada tenía escrito con letras en oro el título: “PROPIEDAD DEL HOMBRE MÁS
INTELIGENTE DEL MUNDO”, pero de su interior solo habían rumores que trasladó el
viento de los años y los siglo; algunos aseguran que el cuaderno contenía la sabiduría
del mundo, que en él se encontraban las respuestas a todas las preguntas. Otros decían que en sus páginas se dibujaba
la existencia de cada uno de los hombres y mujeres que pisan la tierra. Algunos
otros, advirtieron que dicho cuaderno no podía ser leído por cualquiera porque
era cosa divina, mientras que otros tantos decían lo opuesto, que el cuaderno había
sido un obsequio para toda la humanidad. Fuera cual fuera la verdad del
misterio que encerraba aquel cuaderno, al paso del tiempo comenzó a contarse
otra historia que dejó en el olvido a las demás; se hablaba de la existencia de
un segundo hombre que había sido el único en hojear por segunda vez dicho
cuaderno, algunos lo calificaban como un hombre excepcional y que provenía de
noble linaje… era como un ángel que vivió entre hombres, otros decían que no;
que era precisamente lo contrario, un hombre austero y humilde… que al final era
el que más tenía de hombre entre todos los ángeles. Establecer cuál era la verdad era
imposible, sin embargo todas las versiones coincidían en lo que dijo respecto al
cuaderno, dijo que estaba en blanco de comienzo a fin como la vida misma y que
el gran misterio estaba en la única excepción que había; en la primera hoja se
decía con celestial escritura: “Escribe en tu cuaderno…"
Si tú tuvieras este cuaderno ¿qué escribirías en él? Agrega tus respuestas en los comentarios y súmate a los seguidores de este blog #otrosojosparamirarlacultura.blogspot.cl