Hace un tiempo me comenzó a
llamar la atención de forma bastante inquietante que en el condominio al que me
había mudado hace unos meses, la gente no se saludara. Me resultó chocante, ya
que yo solía saludar en el lugar en donde había vivido con anterioridad, en
cambio aquí, varias veces me habían dejado con “el hola”… No obstante, y a
pesar de que seguí con mi costumbre de saludar, me comencé a cuestionar y a sentir
nervioso, puesto que me avergonzaba de sobre manera que la gente pasara como si
nada ante mi saludo y que ni siquiera se molestaran en mirar. Así que ante ese
escenario, y ante la incomodidad que me despertaba esa situación, dejé de saludar
y me puse el desafío de esperar encontrarme con alguien que me saludara. Éstas
fueron las conclusiones del reto anterior: Primero, debió pasar mucho tiempo hasta que
alguien me saludó por su propia motivación. Segundo, si lo llevará a una
cuestión de números de un universo del 100% de personas con las que me encontré, el 1 o 2% saludó… Sinceramente no sé a qué se
deba este fenómeno, pero a raíz de esto me surgieron las siguientes interrogantes:
¿será que la gente que habitaba este condominio era mal educada? ¿Era gente sin
valores? ¿Será, en realidad, una cuestión cultural? ¿Seremos los chilenos
personas tímidas o simplemente somos desconfiados? Me fui de ese lugar sin
poder responder a ninguna de esas preguntas, pero la última semana que estuve
en mi departamento, realicé un experimento social, puse un letrero con un hola en
una de mis ventanas, la cual daba de frente a tres departamentos que estaban en
el otro costado. El letrero era lo suficientemente claro para que se viera y la
idea que había detrás de él era esperar a que alguien devolvía ese hola.
En resumen, pasó la semana; quité el letrero
unas horas antes de irme del departamento y de la ciudad, nadie respondió.
Ustedes ¿qué piensan sobre esto?