Julio Cortázar; cuentista,
novelista, traductor, un intelectual argentino y uno de los grandes
representantes del Boom de la literatura hispanoamericana. Lo fascinante de
Cortázar es que a través de su escritura logra generar un cuestionamiento de
cómo usted y yo entendemos la realidad y lo que es real.
Sin dudas su obra maestra es
“Rayuela”, no obstante “El perseguidor” es considerado por muchos críticos y
hasta por el mismo Cortázar como una pequeña “Rayuela”, y por ende una pequeña
obra maestra como yo también la considero. El perseguidor tiene su magia en la
soltura e intimidad que se logra en la narración, la cual se sumerge en los
inquietantes y misteriosos matices de lo cotidiano. Es un cuento largo o novela
corta que podría clasificarse como el ejemplo concreto de un reflejo en un
espejo y de la ambigüedad que puede
generarse en las percepciones de la realidad.
La historia se centra en la vida
del personaje de Johnny, un talentoso saxofonista, llamativo y excéntrico, un antihéroe
cuya identidad es la mezcla precisa entre los excesos banales y unos diálogos
motivados por una locura digna de un genio. A través de recuerdos, su música o
las drogas explorará el tiempo y esa realidad que se le escapa todos los días;
su problema es que descubre que está metido en un mundo que no puede aceptar,
por eso lo cuestiona, lo pone en crisis y niega lo que la gran mayoría admite. La
narración a pesar de estar centrada en la cotidianidad del talentoso músico logra objetivizar los hechos y las descripciones, ya que es Bruno, un crítico
de jazz, el cual también escribe la autobiografía de Johnny, el encargado de contarnos la vida de éste. Será a través de sus ojos y del diálogo como se irá descubriendo el huracán de
emociones, incertidumbres, reflexiones y situaciones que encierra el protagonista de la obra.
Bruno lo sigue, lo ayuda, lo visita, lo aconseja e incluso le encuentra algo de
razón en las locuras… perfectamente podrían ser un Sancho Panza y un Don
Quijote sin armaduras ni espadas.
En resumen, un relato sincero y
brillante, cuyo gran atributo podría estar en la aparente simpleza de su
historia. Me quito el sombrero como siempre ante uno de mis escritores favoritos y termino
con unas palabras para ustedes: “síganlo. No los va a defraudar”.
Nota: si te interesa leer “El
perseguidor” pincha aquí. Además dejo el enlace a
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