Un año después del estreno de “FourFiveSeconds”, el que se suponía sería
el primer single oficial del octavo álbum de Rihanna, por entonces conocido y
bautizado por los propios fans como #R8 nos llega finalmente el esperadísimo
ANTI, título del último trabajo de la cantante y no llega
exento de polémica, records y diversas críticas.
Retrasos, filtraciones y muchas ansias por parte de los fans
de por medio, ANTI llegó la semana pasada revolucionando el mercado musical
como lo conocíamos hasta ahora. El álbum se puso en descarga gratuita desde la
plataforma musical TIDAL, algo nunca antes visto por una cantante con la
repercusión de Rihanna (con contadas excepciones como ese experimento musical
que Miley Cyrus bautizó como “Miley Cyrus & Her Dead Petz”). Un total de un
millón de descargas gratuitas, las cuales Samsung, encargado de promocionar a
la cantante en esta nueva era, compró al día siguiente, convirtiendo a la diva
en la cantante que más rápido ha conseguido un disco platino certificado por la
RIAA (Asociación de Industria Discográfica de Estados Unidos), pero esto no ha
convencido a muchos, ¿Todo vale a la hora de conseguir un certificado para dar
prestigio a tu álbum? O en cambio, ¿Esto es una buena estrategia para combatir
de manera efectiva a la piratería que tanto daño hace a la industria musical? De una u otra manera parece que Rihanna ha conseguido lo que
quería, que la gente hable de su último trabajo en tres años.
Enfocándonos ahora en el material que ha presentado la barbadense,
nos encontramos con su álbum más personal y alejado del mainstream. Los medios
tiempos, las baladas y los ritmos pesados se apoderan de una producción que a
pesar de poder resultar demasiado sorprendente y alternativa para el público al
que la cantante se ha enfocado en sus anteriores trabajos, está muy cuidada y
trabajada como para no alabarla. Co-escritora de todos los cortes del disco, nos encontramos con
delicias para nuestros oídos como “Kiss it better”, “Higher”, “Love on the
brain” o el primer single extraído del álbum, “Work” con la colaboración del
rapero canadiense Drake.
Si bien hay canciones que parecen no encajar tan bien como
otras dentro de la línea del álbum (Los tres temas incluidos en la versión
Deluxe no convencen tanto como los de la versión estándar, a pesar de que “Pose”
ha pegado fuerte entre los fans), el conjunto general del disco deja clara una
cohesión entre las canciones, lo cual hace que la experiencia final a la hora
de haber escuchado el álbum sea mucho más rica y de calidad que escuchar un
batiburrillo de estilos y conceptos aglomerados bajo un mismo álbum para ver
cuál puede encajar mejor en la radio.
Puede que pierda a un puñado de seguidores (o no) por el
camino de no haber creado un producto mainstream enfocado principalmente para
que funcione bien en las radios de medio mundo, pero es indudable que Rihanna
ha dado un paso al frente con este nuevo álbum.
Más alma y menos plástico sería un buen resumen de este trabajo.
- LO MEJOR: “Kiss it better”, “Love on the brain”, “Higher”, “Desperado”, “Consideration”
- Te gustará si te gusta: The Weeknd, Beyoncé, Frank Ocean, Kanye West
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